29 de junio de 2014

La niña de los cabellos blancos

     Miembro de la Real Academia de la Lengua y Premio Cervantes en 2010, se nos acaba de ir Ana María Matute, la abuela sabia de la literatura española, la niña rescatada de una realidad de penuria por la literatura y la fantasía.
     Los manuales de literatura la sitúan como una de las escritoras centrales de la denominada Generación realista de los años 50 y 60; un grupo al que también se conoce, de un modo más expresivo, como la de Los niños de la guerra; criaturas que no solo padecieron el horror de la contienda civil, sino que crecieron y se hicieron personas en un país de penurias. Ana María Matute escribió, naturalmente, al modo realista que era propio de su tiempo, y sin embargo con tanta capacidad de fabulación, con tanta fantasía... 
     Sus novelas y cuentos de la estética realista están recorridos por el patetismo y la piedad hacia sus personajes; seres que en tantas ocasiones pretenden transfigurar una vida pobre, humilde, limitada, como en el caso de Ivo en El árbol de oro, un cuento que seguramente representa bien sus modos narrativos.
Mapa del reino de Olar
    Etiquetada siempre como realista, esta abuela de las mil y una historias, debió de sentir una satisfacción plena al concluir en 1996 la obra que confesaba haber gestado en su imaginación desde niña: Olvidado rey Gudú. Una novela con ambientación de cuento de hadas que transcurre en el reino legendario de Olar, en el que nace el rey Gudú con un trágico designio que debe cumplir.
     Para terminar, tres referencias para conocer mejor a Ana María Matute:
         Me permito hacerles un ruego: si en algún momento tropiezan con una historia o con alguna de las criaturas que pueblan mis libros, por favor, ¡créanselas! Créanselas... Porque me las he inventado...

   Palabras finales de su discurso de agradecimiento en la recogida del Premio Cervantes.

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