Es el título de esta columna de Diego Rocha (4ºD), que, elaborada hace unos meses como ejercicio de clase, parece haber sido escrita esta misma mañana.

Recientemente escuché una entrevista a Óscar Camps, fundador de Proactiva Open Arms, una ONG de socorristas de Badalona dedicada ahora a salvar vidas en las costas de Lesbos, la isla griega cercana a Turquía. Todo empezó con unas fotos que aparecieron en redes sociales de cuatro niños ahogados en una orilla, fue cuando ellos se dijeron: si nosotros nos dedicamos a esto y lo hacemos en nuestras playas, ¿por qué allí se están muriendo sin que nadie les ayude? Actualmente salvan más de cincuenta personas al día.
Siempre pensamos que no podemos reaccionar ante estos trágicos sucesos, que suceden en lugares lejanos, y que son los gobiernos los encargados de solucionarlos; pero esta modesta organización demuestra que no es así. La iniciativa de una sola persona que utilizó todos sus ahorros para desplazarse a Lesbos en sus vacaciones e intentar ser útil en la medida de sus posibilidades, se ha transformado en un grupo de profesionales perfectamente organizados. Su labor es un ejemplo para todos nosotros.
Esta entrevista me hace pensar que no debemos esperar a que nos resuelvan todo o que las cosas se resuelvan por sí mismas. Si tenemos necesidad de cambiar algo, tendremos que actuar con valentía y ser los primeros en intentarlo. Posiblemente los grandes cambios de la sociedad han surgido de iniciativas individuales.
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