Lo recuerdo bien. Fue en enero, justo cuando acababa de completar su segundo pasaporte de lectura. Entonces comenzaron las sospechas: tal vez tenía el virus. Había que hacer algo; hacerlo con premura y decisión. Cada pasaporte (podéis echarle un vistazo en la etiqueta correspondiente), cada pasaporte consta de 6 libros leidos, comprobados y sellados: libros de compañeros procedentes de la biblioteca de aula, libros de la biblioteca del centro, libros de casa, libros de amigas y amigos... ¡¡...libros...!! libros intoxicados, hoy lo sabemos: probablemente ahí se hallaba el foco de la infección galopante. ¡Y la criatura llevaba nada menos que una docena de ellos! ¿Cómo conseguir poner a salvo a Faine Yebra, de 1º de ESO D, de ese virus de cepa cervantina, de la endemoniada peste de la letra impresa? Todo un empeño con mayúsculas.
Nos pusimos al habla con los alumnos y alumnas de
Imagen y Sonido de 2º de Bachillerato y respiramos tranquilos: ellos se encargarían de llevar a cabo el tratamiento. Hoy podemos afirmar satisfechos que el resultado habla por sí mismo. Comprobémoslo.
Wyclife & Nane, Mery, Jorge, Marta Parra y Nando, gracias. También por sus cameos a los pajarillos del patio, Marilyn, Elvis, Bowie, don Miguel, Meryl y otros tantos...
[Sostiene el maestro Luis Landero que la literatura, más que enseñarse, se contagia.]