9 de mayo de 2019

"Mistralia": Diario de lectura.

      Todavía con el recuerdo reciente de la visita de Eugenio Fuentes a nuestro instituto, traemos el diario elaborado por Alberto Ruiz Ramiro sobre Mistralia. Partiendo de que uno de los planteamientos imprescindibles de la novela policíaca es mantener las incógnitas sobre la trama hasta el desenlace, propusimos a nustros alumnos la escritura de este documento, en el que poder apreciar el proceso de gestión de la intriga durante la lectura: sospechosos, coartadas, implicados, cabos sueltos...
        Estas son las primeras líneas del diario de Alberto:



Capítulos I y II


             Son las 5 de la tarde y, sin nada que hacer, me he decidido a empezar la novela. Mistralia empieza fuerte, de entrada, en el primer capítulo, observamos una escena en la que Santi, un joven fuerte y guapo aunque algo simplón mantiene relaciones sexuales con Beatriz, una mujer algo mayor que él y, por lo que muestra el libro, bastante segura de sí misma. Después de mantener relaciones, la pareja se duerme, encontrándose al despertarse que delante suya se halla una mujer ahorcada. 
En un principio, al leer que la mujer se había ahorcado, tenía la idea de que se había suicidado. Después de seguir leyendo y descubrir que tenía marcas de cortes y que el forense había determinado que los suicidas no se desfiguran la cara, mi idea cambió a que había sido un asesinato. Cabe remarcar mi estupidez al tener en cuenta que el libro es una novela negra y, si se ha suicidado, no puede continuar la novela por 300 páginas. 
Después del susto inicial, Beatriz llama a la guardia civil. Éstos vienen a supervisar todo lo que está pasando y descuelgan a la mujer para que el forense pueda hacer su trabajo. La guardia civil se fija en que tiene un corte en el pómulo derecho, lo que nos da la pista o puede indicar que no fue un suicidio.

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