17 de enero de 2016

"Los ojos de Dios", un privilegio

    Con ocasión del día del libro del curso pasado, tuvo lugar en nuestro instituto la presentación de la primera novela publicada por la profesora Rafi Cano. Si en aquella ocasión el salón de actos estaba repleto de alumnos y profesores, ahora le ha tocado al turno al club de lectura del centro, en una reunión más reducida, cercana y entrañable, llevada con la confianza que surge de la admiración por la calidad de la obra y del afecto por su autora, con quien todos compartimos los afanes del día a día. De este modo el miércoles 13 de enero nos hemos reunido en la biblioteca para comentar, analizar, preguntar y, sobre todo, para escuchar a Rafi descubriéndonos los entresijos de la narración.
     El club de lectura lleva varios cursos de andadura y, si ya es singular que esta sea la primera vez que contamos con un autor como invitado, que se trate además de nuestra compañera, convierte la ocasión en una cita verdaderamente señalada.
    Situémonos ya en el relato. Todo lector de Los ojos de Dios percibe desde sus primeras páginas dos aspectos fundamentales: de entrada, el cuidado que la autora ha puesto en la expresión; una labor que no podía hacerse de otro modo teniendo en cuenta la predilección que Rafi tiene por la lectura y sus conocimientos de historia de la literatura. Una habilidad que cristaliza en la calidad de descripciones, diálogos y relato, de modo que el lector se ve  llevado con naturalidad hasta la atormentada vida del inquisidor fray Hernando en su persecución a Beatriz Alarif. Y, en segundo lugar, y de ello Rafi nos dio buena cuenta en la reunión, al tratarse de una novela histórica, la tarea de documentación para localizar y ambientar la trama en su dimensión temporal ha sido ingente. Literalmente, Rafi ha recorrido en los últimos meses las calles, plazas, palacios, conventos, campos y cortijos que quedan de la España del siglo XVI, por donde transitaron personajes históricos como Felipe II, don Luis Zapata y Ana Henríquez. Ha leído tanto sobre el particular y ha observado los lugares con tal minuciosidad que bien podría decirse que se encontraba allí deambulando entre ellos; o, asimismo al contrario, que ha conseguido llevárselos hasta los escenarios en los que los ha visto y oído hablar; escenarios que, al tratarse de una novela, son los de su imaginación, trasladados al papel.
     Al terminar la lectura de toda narración, por lo general bullen en la mente del lector personajes, motivaciones, intereses, disputas; asimismo esos lugares por los que transitan, las costumbres con las que viven y las figuras y lugares históricos que les son contemporáneos. En nuestro caso ha resultado realmente interesante haber llegado a conocer, por voz de su autora, el proceso de creación y construcción por el que todas estas piezas de la trama se han ido ensamblando, en el discurrir del relato entre Valladolid y Llerena.
    De este modo, todo el territorio que habíamos ya recorrido en la novela de Rafi, se nos ha hecho ahora más extenso con las explicaciones sobre su origen o sobre las decisiones que iba tomando a medida que actuaban y se comportaban en la narración.
    En definitiva, gracias a Rafi Cano hemos pasado de lectores a lectores, por obra y gracia de nuestra novelista, privilegiados.

    Terminamos recordando que en la red se encuentra abundante información interesante para continuar explorando el mundo de  Los ojos de Dios. Seleccionamos tres referencias:


   

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