La puerta de acceso a la biblioteca transformada en pórtico, los paneles en los míticos molinos de viento y para colmo el pasillo mudado de barbecho nada menos que en fértil tierra cultivable... Es lo que tiene vérselas con este caballero manchego y de esta guisa hemos homenajeado a don Miguel a los cuatrocientos años de su fallecimiento. Sois multitud los que habéis arrimado el hombro con el diseño, la tijera, los colores, el ingenio tecnológico y hasta con la azada y la cámara de fotos en ristre: gracias os sean dadas a todos.
Capítulo VIII-I. Del buen suceso que el valeroso don Quijote tuvo en la
espantable y
jamás imaginada aventura de los molinos de viento, con
otros sucesos dignos de felice recordación.
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